Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca


El título del artículo firmado por Gideon Lichfield y publicado por MIT Technololy Rewiew no deja lugar a dudas. Esta pandemia nos va a obligar a cambiar muchas cosas. Sus consecuencias nos van a afectar de manera muy desigual, y como parece estar claro que el virus no va a desaparecer, pondrá a los gobiernos ante la tesitura de organizar a sus países para vivir en un estado de pandemia permanente, lo cual requerirá, ademas de cambios en el estilo de vida, cambios en la economía global hacia un estado de lo que se denomina "economía confinada"; habrá que desarrollar nuevos sistemas de  protección hacia los mas pobres y débiles, que pagarán el mayor precio de la factura, y se prevé una mayor pérdida de libertades, como la libertad de reunirnos con otras personas,  como consecuencia de un incremento de la vigilancia intensiva sobre toda la sociedad. El panorama no es nada alentador, y si para cualquier cambio por pequeño que este sea, hay cierta tendencia al rechazo, imaginemos lo que este puede provocar en la sociedad. No estamos preparados para ello, pues hace falta una enorme dosis de conciencia social que hoy por hoy los pueblos no tienen. Los egoísmos y las tentaciones de resolver cada cual su problema obviando los problemas de los demás, es el denominador común de los pueblos y sus gobiernos. No hay mas que ver lo que sucede en Europa sin ir mas lejos: Europréstamos o Coronabonos, parón económico total para unos, parón parcial para otros, y ya no citemos la carrera global para hacerse en el mercado con la mayor tajada de material sanitario cueste lo que cueste.
¿Hacia donde nos lleva esto? Pues al desastre, porque nos señala la desaparición de la solidaridad entre los pueblos, dejándola reducida a las solidaridades puntuales de ONG´s y otras personas dedicadas, como ya hemos visto con el problema de las migraciones masivas, las hambrunas, la pobreza extrema de los pueblos, etc. Sumemos ahora a este recuento el deterioro del clima, las distintas contaminaciones que asolan al planeta por el daño ocasionado por nuestros sistemas productivos y de consumo basados en economías lineales absolutamente insolidarios, y añadamos las diversas guerras sin sentido repartidas a este y oeste que causan destrucción y nuevas pérdidas de vidas, y ya tenemos juntos los ingredientes para un buen reventón global, como si de una bocha de pus se tratara. No le podemos echar la culpa al pangolín de estos desastres, ni siquiera de la transmisión del COVID-19 al hombre. La culpa la tiene el ser humano que hace un par de siglos que ha dejado de un lado la sustentabilidad como elemento imprescindible para la supervivencia del planeta y de nosotros mismos.

Entonces, yo me pregunto, ¿Es acaso posible la resiliencia como medio de recuperar nuestras vidas?
Si entendemos por resiliencia la capacidad de las comunidades y ecosistemas para absorber las perturbaciones que les afectan sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad, pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación haya cesado,  pues tal parece que no va a ser posible, pues esta capacidad contradice el enunciado del título de este artículo, o lo que es lo mismo, habrá que alterar y adaptar las estructuras de nuestros sistemas (políticos, económicos, sociales, legislativos, etc.) y los funcionamientos de la sociedad actual para adaptarlos a los nuevos tiempos, y estos cambios tendrán que estar basados en principios básicos de nueva índole: justicia, solidaridad, colaboración, paz,  ecología..., que sustituyan a los que hoy predominan en nuestros comportamientos: injusticia, desigualdad, egoísmo, violencia, consumismo, contaminación... Perseverar en estos cambios es lo que haría posible nuestra resiliencia, y son básicos para que ello suceda.
Todo esto que escribo a bote pronto, es lo que se me ha venido a la cabeza tras la lectura de este artículo de Gideon Lichfield que me ha dado que pensar, algo en lo que todos tenemos que profundizar si queremos salir bien parados de esta de cara a que el futuro de la humanidad encuentre su camino sostenible. Si, estoy de acuerdo. El mundo a partir de esta crisis va a ser absolutamente diferente.

Fuente: MIT. Artículo original de Gideon LichfieldMIT. La inmunidad de grupo

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