Los contratos de servicios de las compañías. ¿Son un abuso?
La Compañía casi siempre gana. El usuario casi siempre pierde.
Por Luis Domenech / Abril 6, 2021
Puede ser que usted sea un usuario de cualquiera de los servicios que proporciona Microsoft. Puede que le guste jugar con la XBOX, que use Bing para realizar búsquedas en la Red, o Outlook para manejar su correo electrónico; quizás escriba cartas usando para ello Word, o realice presentaciones con PowerPoint, guarde sus notas en One Note, hable por Skipe o simplemente haya hecho una compra en su Tienda On Line. Si ha participado en alguna de estas actividades una sola vez usando alguno de los productos de Microsoft, ha tenido que firmar antes un contrato.
En estos días, los firmantes de estos contratos están recibiendo en sus mails correos de actualización de los mismos. Correos que la mayoría de las veces no se abren, y son menos los que se leen, por lo que simplemente no se aceptan y se dejan ir. Lo que no se tiene en cuenta, es que una vez que entran en vigor estos contratos en fecha determinada por la empresa y "supuestamente aceptados por nosotros", con la primera utilización de cualquiera de los servicios que presta Microsoft, la compañía considera que usted ha aceptado plenamente sus nuevas condiciones de servicio, condiciones que por supuesto usted desconocerá, pero que le obligan a cumplir con todo lo estipulado en ellas.
Usted deberá saber que el nuevo contrato de servicios de Microsoft está descrito en las 40 páginas que forman parte del mismo, y que regulan la utilización de los servicios que prestan las 117 aplicaciones de la empresa, a través de las cuales Microsoft presta estos servicios a los usuarios. El resumen de los 11 cambios realizados por la empresa tampoco ayudará mucho a quienes recibieron el correo, ni tampoco el escrito de resumen de las preguntas mas frecuentes (solo son 6 al parecer las que consideran). Hay que tener en cuenta que muchos de estos servicios implican pagos, y en ellos están incluidos los que usan o puedan usar los menores de edad, cuyos padres deberán asumir sus costes, hayan o no hayan tenido conocimiento de su uso por parte de los menores.
Este contrato de servicios de Microsoft es un ejemplo que es extensivo a resto de los contratos presentados por las grandes corporaciones y compañías que prestan servicios en la red a los usuarios y que tienen extensos contratos similares en forma y contenido que sirven para proteger a estas compañías de posibles reclamaciones por parte de los usuarios.
El primer efecto de este tipo de contratos es de carácter disuasorio. Muy pocos usuarios se atreverán a interponer una denuncia ante los tribunales en defensa de unos derechos que piensan que tienen y que la compañía les niega. Los que rechazan acudir a los tribunales dado el coste económico de esta vía, acudirán a los arbitrajes y a la reclamación, vía en la que la compañía casi siempre gana, y los usuarios casi siempre salen perdiendo.
Y todo esto sucede ante la pasiva mirada de las autoridades, tanto nacionales, como europeas, pues la legislación en esta materia de contratos no está hecha para ayudar el ciudadano, sino a las entidades que los emiten, y que están pensados y redactados para eludir el mayor número de responsabilidades posible (y de esto podría citar numerosos ejemplos usando para ello el contrato de servicios de Microsoft).
Este es un asunto que ya empieza a preocupar a determinados gobiernos y parlamentos que ven la indefensión de sus ciudadanos ente estas corporaciones cada vez mas poderosas, que usan su poderío para cometer abusos de distinto tipo, como la pérdida de privacidad, el seguimiento de actividades del ciudadano, el incremento de la presión publicitaria que proporciona cada vez mayores beneficios a las cuentas de resultados de estas compañías, ejerciendo esta presión de manera continua, sistemática y puntualmente dirigida, pero de manera masiva.
La Ley debe de cambiar de bando, y enfocar su mirada protectora en proteger al ciudadano y sus derecho, y no en cuidar de los beneficios de las empresas. Los contratos deberían de ser mas sencillos, no de 40 páginas en letra pequeña en la que se puede camuflar condiciones que perjudican al usuario en beneficio de la empresa. Deberían de ser claros y diáfanos y deberían pasar una revisión para su aprobación, como lo hacen las empresas farmacéuticas con los prospectos de los medicamentos. No es tan difícil, y solo de esta manera se pueden evitar que sucedan los desmanes que estos abusivos contratos de servicios permiten, y que dejan fuera del juego jurídico a los perjudicados usuarios que reclaman por el daño.
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