Sobre la menstruación, el trabajo, y la igualdad de género

Luisondome

La genial periodista y brillante articulista de El Mundo, Maite Rico lo bordó cuando escribió su artículo bajo el título de “Como ser mujer es un asco”. Con prosa afilada y certera, ridiculiza el ultra feminismo de Irene Montero que, según afirma la periodista, "no es caminar en igualdad junto a los hombres, sino para convencernos de que ser mujer es una mierda",  porque su objetivo es inclinar la balanza del equilibrio del lado de la mujer.

El último golpe de efecto ha sido el equiparar el dolor menstrual al dolor de las enfermedades inhabilitantes, que son muchas. Cuando el dolor incapacita a una persona, lo normal hasta ahora era ir al médico a por la baja laboral. Así ha sido desde siempre. Pero para las mujeres con dolor menstrual, ya no será necesario pedir la baja, sino que se podrá solicitar una incapacidad temporal especial -como tuiteaba Irene Montero-, que "será costeada por el Estado desde el primer día". Sabido es que hasta ahora, los tres primeros días de baja laboral se descontaban del salario con lo que se producía una merma de ingresos. En el caso de las mujeres con regla, ya no será así. En los demás casos, la cosa sigue igual.


Afirma Irene en su twitter: …”Avanzamos para que ya no sea normal ir al trabajo con dolor y para acabar con el estigma, la vergüenza y el silencio en torno a la regla. Avanzamos en derechos”. Ahora lo normal será no ir a trabajar mientras se tenga la regla, porque según ellas se sienten estigmatizadas y avergonzadas ademas de doloridas.


¿Y como lo logró esta señora? Pues colando unos articulitos de nada en la nueva Ley del Aborto que pretenden sacar adelante. En esto que viene la Ministra de Trabajo, Yolanda Diaz y afirma lo siguiente: “Las bajas médicas por una enfermedad incapacitante diagnosticada, como una menstruación dolorosa, no nacen de la nada. Ponen nombre y visibilizan una realidad que ya existe. Hacerlo con garantías legales, es cuidar la salud de las mujeres y asegurar espacios de trabajo mejores”. Como si hacerlo mediante una baja laboral fuera ilegal.


¡Habrase visto!, las bajas médicas visibilizan una realidad existente por una enfermedad incapacitante diagnosticada, pero solo para la menstruación. Otras realidades incapacitantes y dolorosas, como el dolor de muelas, el cólico biliar o el nefrítico, la migraña, el dolor de estómago o la ciática, que todas ellas duelen de cojones, esas deberán de seguir acudiendo al médico para que le den la baja, pero eso si, perdiendo tres días de sueldo. 


Parece claro que para socialistas y podemitas, la incapacitación por un dolor causado por una enfermedad no es peor, y ni siquiera es igual, que el dolor causado por la menstruación, que es un hecho fisiológico y natural. Desde el punto de vista médico, ambos dolores y sus respectivas incapacitaciones se trataban de la misma manera: mediante la baja laboral y la prescripción de analgésicos.


Pero para los burócratas de izquierdas del gobierno, el dolor patológico y el fisiológico ya no merecen el mismo tratamiento, porque no tienen la misma importancia, al menos para la mujer menstruante, creando un desequilibrio en el manejo de la incapacidad causada por el dolor.


El caso es que, cuando el Consejo de Ministros apruebe esta medida, no incluirá la que con mas empeño pedía Irene Montero, la bajada del IVA de la compresas al 4%, algo que prometió, pero que no va a conseguir. Lo de la incapacidad es por tanto la contrapartida cedida por los socialistas para que los podemitas arrimen su voto a la Ley del Aborto.


Los empresarios tampoco ven con buenos ojos esta medida, que contribuirá en buena manera a incrementar el absentismo laboral, pues cuando una mujer deje de trabajar porque tiene la regla, las empresas perderán un empleado durante esos días, y tendrán además que abonarle el sueldo íntegro, si bien el coste se cargará en los presupuestos del estado, es decir: lo pagaremos entre todos los españoles. En muchos casos, la tarea que la trabajadora ausente realizaba, otro lo tendrá que hacer en su lugar, y ese plus de trabajo no será remunerado. 


No se sabe aún a cuanto ascenderá el coste de esa medida, que seguro será de varios miles de millones de euros, que se sumarán al abultado deficit que ya tiene el país. Tampoco se cuantificó que daño le puede hacer esta medida a la contratación de mujeres para un determinado puesto, pero si es seguro que esta diferencia  los empleadores no la considerarán beneficiosa para la empresa, y puede que decidan que un hombre ocupe el puesto.


Antes me refería a otras enfermedades que también son dolorosas e incapacitares, mas incluso que la menstruación, pero que no tienen ese reconocimiento, y que afectan tanto a hombres como a mujeres. En estos casos no hay lugar para el reconocimiento, no es posible la incapacidad temporal especial, simplemente porque el Estado no tiene dinero para pagar todo eso, y las empresas tampoco. La baja laboral soluciona el problema, y ni las empresas, ni los trabajadores, ni el Estado se lo plantearon hasta ahora, hasta que llegó Irene Montero al Ministerio de Igualdad para desigualarlo todo, por un supuesto beneficio en favor de la mujer.


Muchas mujeres, además de Maite Rico, no están de acuerdo con el tratamiento que se le ha dado a esta medida. Tampoco están de acuerdo con la forma en que se ha hecho, a espaldas de los sindicatos y las organizaciones empresariales, ni con el modo en que se pretende aprobar, incluyendo la medida en una ley que trata sobre el aborto, cuando está pendiente una reforma de la Ley del Trabajo, que es mejor lugar para estudiar y regular estos temas.


Una vez mas el gobierno de los socialistas y sus socios, no encuentra el modo de acertar en la gobernabilidad del país y crea un nuevo disparate. Una metedura de pata mas que se suma a los cientos de meteduras de pata que lleva cometidos desde que llegó Sánchez al Gobierno. Lo que no sabe Sánchez, es que los españoles ya no somos unos desmemoriados. Recordamos todas y cada una de sus equivocaciones, todas sus mentiras, sus promesas incumplidas, sus bajadas de pantalones ante Biden, ante Mohamed VI, ante los líderes europeos. Lo hemos visto arrinconado en una esquina, en la ultima fila de las fotos de las cumbres. El año que viene hay elecciones, y entonces nos lo podremos quitar de encima. ¡Que ganas tengo de que llegue ese día!

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