Para entender que esta pasando en Ucrania, hay que tratar de entender a Putin

Luisondome

Vladimir Putin, nacido en 1952, estudió abogacía en su etapa universitaria en la Universidad de San Petersburgo y llegó a dar clases en la Universidad de la mano de Anatoly Sobchak, que fue alcalde de dicha ciudad.  Es el líder del partido político Rusia Unida, casado con Liudmila Pútina de la que se separó en 2014, tiene dos hijas: Katerina y Mariya.


Ideológicamente, pasó de procesar un comunismo visceral, a aborrecerlo en la actualidad tras la caída del antiguo régimen soviético, pasando a profesar un nacionalismo extremo por el que pretende un Estado firme que restaure la grandeza de Rusia, lo considera su misión vital. Es muy autoritario como político, y reaccionario frente a las reformas sociales progresistas. Aborrece asimismo la pretendida superioridad que occidente cree tener sobre Rusia, por su modo de vida democrático y la defensa de las libertados, algo que considera decadente y que debilita a las democracias occidentales.


Actualmente se desempeña como presidente de Rusia, cargo que ocupa desde 2012, y anteriormente desde 2000 hasta 2008. También fue presidente del gobierno de 1999 a 2000, y nuevamente de 2008 a 2012.


Desde 1985, realizó tareas de contrainteligencia para la KGB en Dresde, Alemania. Según los informes, controló la lealtad de los diplomáticos soviéticos hasta 1991, tras ejercer dieciséis años como espía. Según los informes, controló la lealtad de los diplomáticos soviéticos. Ascendió al rango de teniente coronel, antes de renunciar en dicho año para comenzar una carrera política en San Petersburgo. Se mudó a Moscú en 1996 para unirse a la administración del presidente Borís Yeltsin. Se desempeñó brevemente como director del Servicio Federal de Seguridad (SFS, antiguo KGB) y secretario del Consejo de Seguridad, antes de ser nombrado primer ministro en agosto de 1999. 


Después de la renuncia de Yeltsin, Putin se convirtió en presidente interino y menos de cuatro meses después fue elegido de forma absoluta Presidente de la Federación Rusa. Fue reelegido en 2004 de nuevo. Como entonces estaba constitucionalmente limitado a dos mandatos consecutivos como presidente, Putin se desempeñó nuevamente como primer ministro de 2008 a 2012 bajo la presidencia de Dmitri Medvédev, y pese a los límites presidenciales regresó a la presidencia en 2012 en una elección empañada por denuncias de fraude y protestas; fue reelegido nuevamente en 2018, año en el que el presidente ruso arrasó en las elecciones presidenciales en pleno clima de confrontación con Occidente logrando un cuarto mandato. 


La participación fue la más baja de la historia de los comicios en Rusia hasta entonces. Vladimir Putin obtuvo más del 70% de los votos. El candidato del Partido Comunista, Pavel Grudinin, recibió el 15%, y el tercer candidato más votado fue el líder del Partido Liberal Demócrata, el ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky, con un 5,9%. En abril de 2021, luego de un referéndum, promulgó varias enmiendas constitucionales, incluida una que le permitiría postularse para la reelección dos veces más, lo que podría extender su presidencia hasta 2036.3 4


En lo económico, durante su presidencia hubo altos índices de crecimiento de su economía, con un incremento del 72% en el PIB y un decrecimiento en un 50% de la pobreza, mejorando notablemente la calidad de vida del pueblo ruso, por lo que su gobierno gozó de altos índices de popularidad en esta época, siendo reelegido para su segundo período, con el 71.31% de los votos a favor


Putin dirigió a Rusia durante la Segunda Guerra de Chechenia, restaurando el control federal en Chechenia y destituyendo al ministro del Interior de Osetia del Norte, Kazbek Dzantiev, y al responsable de seguridad de la región, Valeri Andreïev, por el secuestro de una escuela en la ciudad de Beslán que acabó con la muerte de 333 personas. También en septiembre de 2004 fue designado presidente de la Comunidad del Estados Independientes (la unión de 12 repúblicas ex soviéticas) en la cumbre de esta organización que se celebró en Kazajistán. 


Como primer ministro bajo Medvédev, supervisó la reforma militar y la reforma policial, así como la victoria de Rusia en su guerra contra Georgia. Durante su tercer mandato como presidente, Rusia se anexionó Crimea y patrocinó una guerra en el este de Ucrania con varias incursiones militares, lo que resultó en sanciones internacionales y una crisis financiera en Rusia. Durante su cuarto mandato como presidente, su gobierno respondió a la pandemia de COVID-19 y presidió una concentración militar en la frontera con Ucrania. En febrero de 2022, Putin ordenó la denominada «operación militar especial en Ucrania», lo que provocó la condena y el aislamiento internacional, así como la ampliación de las sanciones, que originó una crisis financiera en Rusia y la exigencia de un enjuiciamiento contra Putin por crímenes de guerra.


A Putin le gustaría que los demás pensaran que es un estratega magistral, y que así fuera reconocido, pero no lo es. Su invasión no provocada de Ucrania fue un error desastroso, tanto desde el punto de vista estratégico, como táctico. Putin no tiene formación militar, a pesar de ser Tte. Coronel, pero ejerce su poder sobre los generales de un ejercito de tal manera, que como sucedió anteriormente con Hitler en la segunda guerra Mundial, estos no se atrevían a contarle al Jefe Supremo la verdad de lo que acontecía en el frente de guerra, lo que les llevó a tomar decisiones equivocadas que estaban condicionando el curso de la Guerra. Lo mismo le está pasando a Putin, su decisión de tomar un control más personal de las decisiones en el campo de batalla no está dando sus frutos. 


Rusia está perdiendo la guerra, o al menos la Guerra no le está saliendo a Putin tal y como el pensaba. Iba para una campaña de 2 a 4 semanas que concluiría con la toma de Kiev y la destitución de su Presidente Volodimir Zelensky para colocar en su lugar a un títere de Moscú, y ya han pasado mas de siete meses y el Ejército Ruso no hace mas que recular, pues en los últimos días, las fuerzas rusas se vieron obligadas a retroceder nuevamente en el este de Ucrania, esta vez perdiendo la ciudad de Lyman, lo que a su vez puede conducir a más retiradas. Por otra parte, su orden, en septiembre, de movilizar a los civiles para luchar en su guerra innecesaria está provocando una reacción interna que esta siendo visible para el pueblo ruso, que cada día muestra mayor oposición al rumbo que ha tomado su país, lo que puede ser la llama que termine por desestabilizar el país.


Ahora Putin se enfrenta de nuevo a una encrucijada, y esta es la de escalar la guerra o aproximarse a una resolución negociada del conflicto. La segunda opción, en el momento presente no es posible para el, pues su situación sobre el terrenos es la de quien va perdiendo posiciones, lo que llevaría a ver disminuidas sus pretensiones, a la vez que aumentan las de su enemigo, algo que no se puede permitir, pues significaría para el una derrota sin ambages.



La opción de la escalada por otra parte, le puede llevar a cometer un error estratégico de nuevo, pensando en que occidente va a retroceder en su posición de apoyo al Ejercito Ucraniano. La amenaza de emplear en Ucrania el arma nuclear, a la vez que pone en servicio su flota de submarinos, y especialmente al nuevo submarino Belgorov, con sus 6 megatorpedos Poseidón con carga nuclear de 100 megatones para ser detonada en la profundidad de los océanos, siendo capaz de desencadenar un Tsunami de hasta 500 metros de altura, capan de contaminar radiactivamente miles de kilómetros cuadrados tierra adentro; pues aún así, no ha conseguido atemorizar a occidente, que ha respondido a la amenaza con la respuesta del General Petreus, y la confirmación del Secretario General de la OTAN Sr. Jens Stholtenberg, que afirmó que si Rusia usa el arma nuclear en Ucrania, la OTAN atacaría el ejercito ruso desplegado en Ucrania y atacaría y trataría de eliminar a la flota Rusa del Mar Negro, amenaza que si se cumpliera, supondría una seria escalada en el conflicto. Si se trata de saber quien le echa mas cojones a este asunto, estamos en esa fase, lo cual es muy peligroso para ambas partes.


Rusia pretende darle patadas en el culo a occidente amenazando con destruir Ucrania empleando el arma nuclear, con la finalidad de que el bloque occidental se acabe rompiendo, pero si no lo consigue, algo que occidente no parece dispuesto a hacer, al coste de una escalada con difícil marcha atrás, el pulso, vaya o no vaya Putin de farol, está echado. 


Estas amenazas, junto con las consecuencias que el desencadenamiento del conflicto está provocando en todo el mundo, hace que de manera cada vez mas evidente, Putin vaya perdiendo los apoyos de quienes hasta ahora de alguna manera justificaban o al menos guardaban silencio sobre sus actos criminales sobre el pueblo de Ucrania.


Putin está empezando a sentir la presión de quien se siente acorralado, presión que va creciendo a medida que va perdiendo posiciones en el conflicto y el mundo empieza a sentir las consecuencias. Esta situación es muy peligrosa, pues quien se siente acorralado puede sentir la necesidad de que en caso de caer, pretenda arrastrar en la caída a medio mundo o al mundo entero. No se debe de olvidar de que en el caso del uso del arma nuclear rusa es el Presidente el que tiene el control sobre el botón rojo. No existe en este caso opciones de salvaguarda que prevengan una posibilidad de actuación unipersonal, y puedan evitarla en todo caso.


Fuentes: Buscabiografías, Wikipedia

Comentarios