Putin no da una a derechas
Luisondome
Putin no da una a derechas. La invasión fallida de Rusia a Ucrania está desconcertando a Asia Central , Corea del Norte está lanzando aún más misiles sobre no se quien, para atemorizar a los coreanos del Sur y a los japoneses, mientras que Venezuela y Cuba, cada día que pasa, debilitan su apoyo alarmados por la escalada del conflicto entre Rusia, Ucrania y occidente.
La reputación de Rusia se está desmoronando entre sus convecinos, pues lanzar una invasión en toda regla de un país con el que comparte frontera con pretextos totalmente falsos, estropear por completo la invasión porque está a cargo de un ejército inservible, y luego apenas mover un dedo para resolver otros tres estallidos militares con muertos que están sucediendo en su área de influencia, realmente no hace mucho por su vecindario que puede que comience a mirar para otro lado. Putin parece estar perdiendo terreno en la región con la que más debería poder contar.
A pesar de los fuertes lazos económicos y políticos de Rusia con los cinco países de Asia Central (Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán), ninguno de ellos se puso del lado de Rusia en un par de resoluciones históricas de la ONU que condenaron la invasión de Ucrania en marzo y abril. un indicador temprano de lo nerviosa que estaba la región por la decisión de Rusia de ir a la guerra en otro país postsoviético, y si el proverbio dice que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, a remojo se han puesto estos países viendo lo que está pasando con Ucrania.
Además, el nuevo estallido entre Armenia y Azerbaiyán para controlar el territorio de Nagorno-Karabaj, es una señal mas de la impotencia de Rusia para tener controlado su patio trasero, al perder influencia sobre los países Euroasiáticos. Otro tanto ocurre con los enfrentamientos fronterizos entre Kirguistán y Tayikistán de los que Rusia no parece darse por enterada
Los analistas políticos Robbie Gramer y Jack Detsch señalan que “los países de Asia Central no están tan interesados en permanecer en la órbita de Rusia como solían hacerlo, algunos más cautelosos y sutiles que otros. Kazajstán se ha negado rotundamente a reconocer las regiones separatistas de Ucrania dirigidas por gobiernos títeres prorrusos. Esta semana, el gobierno kazajo provocó otra disputa diplomática con Moscú al negarse a expulsar al embajador de Ucrania, una medida que enfureció a los diplomáticos rusos”.
Igualmente, el presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, denunció duramente la represión de la era soviética en su país a finales de agosto, en un momento en que Moscú intenta blanquear el pasado estalinista de Rusia. (Aparentemente, también está trabajando para fortalecer los lazos con China al mismo tiempo).
En la reunión de líderes euroasiáticos de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), Putin fue relegado a un segundo plano en el protocolo, tras el Lider Chino Xijinping, habiendo tenido que esperar para reunirse con los líderes, cuando antes eran los otros los que le esperaban. Son sutiles señales de alejamiento de los líderes de Putin.
“Hay una creciente fricción entre el Kremlin, sus representantes y las élites locales de Asia Central”, dijo Paul Stronski, un experto en la región, al Moscow Times después de la conferencia de la OCS.
Para mantener su capacidad de influencia en la zona, Rusia montó un sucedáneo de la OTAN para esta, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, con la finalidad de ayudar a sofocar estos conflictos y negociar disputas, pero con tanta disputa en el área, tal parece que las oficinas estuvieran cerradas por falta de atención, si bien la verdadera razón es que Rusia esta muy atareada con lo de Ucrania como para ocuparse de su papel de vigilante de su patio trasero.
Queda por repasar el papel que estos cambios en la geopolítica de la zona están desempeñando sobre la economía. Todos los países de Asia Central dependen en gran medida de Rusia para mantener a flote sus débiles economías, bien sea a través del comercio, de la mano de obra estacional y las remesas de capital que fluyen entre estos países.
Como era de esperar, las sucesivas oleadas de sanciones occidentales e internacionales y las prohibiciones de exportación que han afectado a la economía rusa, han afectado de manera importante a las economías de Asia Central, que si bien han podido recuperarse en parte del daño causado, también están padeciendo los efectos de la inflación por la subida de los precios de la energía y de los alimentos, y todo gracias a Putin.
A China tampoco le ha gustado ver como sufre los efectos entre del conflicto Ruso-Ucraniano su proyecto tan finamente hilado de La Franja y la Ruta de la Seda, que han sufrido una franchuta justo por su centro.
Y para rematar la faena, ahora Rusia pretende encauzar la Guerra reclutando 300.000 nuevos reservistas, pero lo está haciendo escarbando entre las minorías étnicas de Rusia, incluidos los inmigrantes de Asia Central, y llevarlos al frente ucraniano como poco más que carne de cañón, como si no supiera que en Asia central también existe Memoria Histórica, y bien que se acuerdan de la tragedia de "Urkun" en la Primera Guerra Mundial, cuando las tropas zaristas masacraron hasta 270.000 asiáticos centrales que se rebelaron cuando estaban siendo reunidos para luchar por el Imperio Ruso en 1916.
Pero no solo la campaña de reclutamiento está afectando a los territorios étnicos. En la Rusia occidental se ha iniciado un éxodo masivo de centenares de miles de rusos que huyen del país que están intentando entrar en Europa y en los países de Eurasia, especialmente hacia Georgia y Armenia, con la consecuencia del cierre de fronteras en algunos de estos países.
Como era de esperar, Rusia no ha hecho bien los cálculos. No solo está perdiendo la guerra en lo militar, la está perdiendo en el ámbito de la batalla de la comunicación, está perdiendo capacidad de influencia y aliados, está viendo como se daña su economía, y como se deteriora su paz interna.
Su último movimiento amenazando al mundo con el arma nuclear, porque puede que la amenaza vaya dirigida a occidente, pero es el mundo globalizado el que se siente amenazado, su último movimiento tampoco le favorece y le aleja aún mas de casi todos los aliados que de alguna manera le dan soporte. Solo la última jugada de la reducción de la capacidad de extracción de petróleo por parte de los paises de la OPOR+ le ha salido bien, pero estratégicamente tampoco le está favoreciendo en el cambio de posturas a su favor en el conflicto armado. En este caso a la OPEP+, y gracias sobre todo al apoyo de Arabia Saudí, lo que están mirando es so cartera, en una última oportunidad para que esta engorde antes de que la reducción en el consumo de combustibles fósiles les deje en el dique seco.
Comenzaba este artículo afirmando que Putin no da una a derechas, y como se puede ver así es. En toda esta historia no encuentro una sola decisión tomada por este sátrapa en la que haya obtenido un mínimo beneficio para su país. No creo que su pueblo sea tan tonto como para obviar esto. Puede que esté desinflamado, pero tonto no es. Lo mismo pienso de sus cuadros dirigentes, no creo que sean tan tontos como para obviar la situación del país al que se deben. Puede que sean cobardes y no se atrevan a cantarle las verdades a su jefe supremo.
Si en las calles de las ciudades rusas ya están despertando los ciudadanos enfrentándose a las fuerzas de seguridad por manifestar su oposición al rumbo que está tomando el país, puede que entre las élites haya alguien cuerdo que decida armar las riendas para reconducir la situación, y cambiar la cúpula de Gobierno para primeramente para esta inútil y descabellada guerra, y después negociar un buen Nuevo Orden Mundial en el que todos nos podamos sentir seguros.
Comentarios