La solución para la estabilidad de un país está en la centralidad, no en la polarización

Luisondome

Imagen: Priscila Castañeda

Introducción


No se a que ni a cuantas razones se debe, pero el mundo se está polarizando, se vuelve ingobernable, se torna invivible por el ambiente tenso y enrarecido, y a esta tendencia hay que encontrarle una solución. Esta puede estar en un dicho que es una gilipoyez, pero que tiene sentido y que dice: “El mundo está polarizado. ¿Quien lo despolarizará? El despolarizador que lo despolarice, buen despolarizador será". Pues ya está, solo nos hace falta encontrar al mejor despolarizador, y problema resuelto. pero no es tan sencillo.


Las tensiones que la polarización acarrea se están extendiendo por el mundo. Las tensiones económicas y por el liderazgo entre China y los EE UU, las fiscales entre Europa y los EE UU, las ideológicas, las religiosas, las tensiones regionales como las del Magreb, las de Oriente Medio, etc., las tensiones fronterizas como las existentes entre China e india, las existentes entre Israel y Palestina, las tensiones en el Yemen, y las que ya han degenerado en una guerra abierta como la que enfrenta a Rusia y Ucrania. Si sigo, sería una lista interminable. 


No se si la prosperidad y la consecuente desigualdad tienen que ver algo con el fortalecimiento de esta perniciosa tendencia. Pero el menos lo parece. Porque nunca hubo tantas guerras en un periodo determinado de la historia de la humanidad como en este. Si echáramos cuentas de los conflictos acaecidos en el siglo XX y lo que va del siglo XXI, superaríamos la cifra del centenar pienso, lo cual es una barbaridad, pues siendo la única especie viviente con capacidad de acordar, cuanto mas sabemos, cuanta mas experiencia tenemos, mas de la capacidad de llegar a acuerdos perdemos, y a los resultados me remito. Pondré dos ejemplos de entre los muchos existentes.


La Polarización en los EE UU


Un excelente ejemplo que lo que resulta cuando un gobernante y sus políticas polarizan un país, lo tenemos en los EE UU durante el mandato de Donal Trump. Este es un mal ejemplo de gobernanza de un país que todo el mundo conoce de norte a sur y de este a oeste. El mundo se alarmó cuando sucedió el violento asalto al Congreso tras producirse el mal resultado electoral adverso a los republicanos que estos rechazaban por considerar que había trampa en el recuento de votos, y que sacó a Trump de la Presidencia, lo que considero es una consecuencia de la polarización previa y de alto voltaje existente entre el electorado. En este caso gano la moderación. Y es que la moderación es el mejor tratamiento contra la polarización.


Trump no es un ejemplo de moderación, los jueces elegidos para la corte suprema, y sus decisiones sobre el aborto por ejemplo, son las que han pensionado al país llevándole a los extremos. En este sentido, el federalismo y el sistema electoral mayoritario privilegian en Estados Unidos a la representación de los Estados rurales del centro del país, conservadores y poco poblados, de tal manera que desde 1994 el Congreso ha estado dividido prácticamente en dos mitades, pese a que el Partido Republicano representa, en realidad, a una minoría de la opinión nacional. De esta manera las elecciones son existencialmente reñidas: unos cuantos escaños determinan el control de la Cámara de Representantes, y tan solo uno el Senado.


Jaime Ojeda escribe en Política Exterior que siendo que “el electorado está principalmente preocupado por la inflación y el creciente coste de la vida, y los republicanos los atribuyen a los demócratas por su política económica y los generosos subsidios que han “regalado” a la población. Culpan a los demócratas por no haber resuelto el tremendo problema de la inmigración, que agita principalmente al sector social que los apoya, sin querer reconocer que ha sido su obstruccionismo el que ha impedido la reforma del sistema. La cuestión del aborto, inflamada por una sentencia del Tribunal Supremo, ha quedado en un segundo plano, y las denuncias de las artimañas de los republicanos por restringir o incluso suprimir el voto no han acabado de alertar a la opinión”.


Pero en estas elecciones intermedias en EE UU, me sorprende que en esta ocasión no haya habido violencia, ni intimidación de los votantes, ni  amenazas a los funcionarios electorales que se esperaban de los seguidores de Trump. 


Estoy también de acuerdo con Jaime Ojeda cuando afirma que “han sido los independientes y los moderados de ambos partidos los que han ganado este auténtico referendo nacional. Han apartado tanto a los extremistas del trumpismo como a los extremistas de la izquierda ideológica de los demócratas. Las elecciones legislativas de mitad del mandato presidencial siempre han sido un referendo del presidente; en esta ocasión han sido también un referendo de Trump y los republicanos”.


Y entonces volvemos al principio, concluyendo que el mejor despolarizador capaz de conseguir revertir el proceso es el voto en manos de un electorado moderado y juicioso, al menos en Democracia.


La polarización en España


Vayamos con un segundo ejemplo de como la polarización por la nefasta acción politica de Gobierno y oposición es capaz de causar daño a un país. En este caso usaré como ejemplo a mi país: España que desde que se hizo cargo del gobierno el primer Gobierno de coalición del periodo democrático reciente entre el PSOE y Unidas Podemos, el país ha resultado dividido en dos fuerzas opuestas, con una pandemia de por medio, que trazó lineas divisorias entre las políticas aplicadas por el Gobierno y que la oposición rechazaba de plano. Gobierno y oposición no fueron capaces de llegar a acordar una política de estado en defensa de la salud de la población durante la pandemia, lo que acabó en enfrentamientos en el Parlamento constantes, no se pudieron poner de acuerdo para alcanzar una política de estado en materia de economía, ni de defensa del empleo, ni en defensa de las empresas, ni en renovar unos Organos Judiciales de los que algunas vacantes llegan mas de un año sin ser renovadas. 


A esto hay que sumarle el que los partidos independentistas colaboren con sus votos en el Parlamento a que el Gobierno consiga la mayoría absoluta, a cambio de una contrapartida que comentaré mas adelante.


La hemeroteca ha hecho mucho daño al Presidente español Pedro Sánchez. Los archivos de las teles de media España y toda la prensa escrita acumulan vídeos y portadas de todo tipo en los que el presidente del Gobierno dice una cosa y la contraria con mas o menos tiempo de por medio. Por esto, y por sus actos de gobierno, se ha ganado una merecida fama de político poco fiable, y no solo en España ante los demás partidos y los electores, sino en el extranjero. Y si no que pregunten por Pedro Sanchez en el Magreb.


Pero nuestro Presidente no es así con todo el mundo. Con los independentistas catalanes por ejemplo, se comporta de manera diferente. Cuando estos con su voto le dieron a Pedro Sanchez la mayoría necesaria para alcanzar la Presidencia del Gobierno,  se la dieron a cambio de algo: esto es indultar a los presos condenados del Process, y el compromiso de derogar el delito de sedición de nuestro cuerpo legal para sustituirlo por otro denominado como “desórdenes públicos agravados”, con condenas muy inferiores al delito de sedición que pretende sustituir, y dice el Gobierno que lo hace con la intención de que esta nueva calificación sea homologable con delitos similares contemplados en otros países europeos.


Aqui si cumple. Se arremanga y se pone a la tarea com frenesí, sin importarle un carajo lo que opinen los españoles, incluso los que le votan, que hay una gran mayoría que no está de acuerdo con esta decisión.


De las dos promesas, la primera la cumplió rápidamente, pues a los condenados y a sus partidos les urgía sacarlos cuanto antes de la carcel, pues para ellos son héroes dignos de toda consideración, que no villanos que tengan que purgar sus culpas en la carcel.


Para cumplir la segunda promesa, el Gobierno tiene un plan, que pasa por suprimir completamente el Capítulo I del Título XXII del Código Penal en el que se detalla en seis artículos el delito de sedición, y a la vez modifica el artículo 557 que se refiere a los desórdenes públicos modificando su contenido y al que le añade el adorno de “agravados”, que desde luego no se refiere a las penas que se tendrán que aplicar, que siempre serán menores que las de los delitos de sedición a los que pretende sustituir.


La pregunta que hay que hacerse entonces, es ¿Por que tanto interés por parte de los independientes en sacarlos de la cárcel y en que se derogue la sedición? Pues por tres razones: 


La primera de ellas es para lograr que los independentistas exiliados puedan regresar a España, siendo entonces juzgados por delitos menores, al no poder ser ya acusados del delito de sedición.


La segunda es porque quienes han sido juzgados, condenados y posteriormente indultados, verán eliminada la inhabilitación que formaba parte de sus condenas, pudiendo entonces ocupar cargos públicos (ya veremos lo que tarda la Generalitat en darles poltrona y mando en plaza), y podrán presentarse a la elecciones, con lo que puede que veamos a un condenado por sedición, y posteriormente indultado, conseguir por el voto independentista la Presidencia de la Generalitat (si ganan, Dios no lo quiera), con lo que volveríamos al principio, a los tiempos de los disturbios sediciosos.


La tercera es que si lo vuelven a intentar, es decir, si los Independentistas vuelven a las andadas, mejor organizados, con mejor preparación, con mas experiencia, con mas medios, y sin que el Estado tenga fuerza legal para acabar con ellos por la debilidad de las leyes, puede que a la tercera, vaya la vencida y España pierda Cataluña. Sabemos que esto es posible, porque sigue siendo la meta que tienen grabada a fuego los independentistas en la mollera. Alvaro nieto dice al respecto lo siguiente: «Se puede discrepar acerca de los indultos, pero es muy difícil de justificar que un Gobierno impulse una rebaja del Código Penal a petición de unos delincuentes», y estoy absolutamente de acuerdo. 


Ningún país que se precie, y desde luego ninguno que sea democrático, hace las leyes al gusto de quienes las infringen, para ponérselo mas fácil a los delincuentes o a los sediciosos. Pero Pedro Sanchez es diferente, yo no se si recuerda que por los indultos a los corruptos el PSOE de Juan Espadas perdió este las elecciones andaluzas. Si no lo recuerda, mas le valdría que recuperara la memoria cuanto antes, pues el que está apegado al sillón presidencial y al Falcon, entenderá que ha dado un paso muy importante para perder la confianza del resto de españoles que aun confiaban en él, incluso los de su propio partido, y su voto al mismo tiempo. Y es que no se le ocurre ni al que asó la manteca cumplir una promesa que en un momento, bien sea de flaqueza mental, bien de ambición extrema, concederle a los enemigos del Estado lo que los sediciosos le pidieron para apoyarle en su investidura.


En la oposición, por su parte el Partido Popular ha puesto el grito en el cielo como era de esperar, y en este caso con cierta razón, y ha roto todos los puentes con el PSOE, que se puede quedar como Crimea. Ya lo veía venir el PP, y por ello introdujo Feijoó el tema en la negociación de la renovación de las Instituciones judiciales, y por la misma razón el PSOE ponía el grito en el cielo por incluir el PP la negociación conjunta de renovación y sedición, pues ponía en peligro la aprobación de los presupuestos. Ambos asuntos son muy importantes y vitales para España, pero puestos a priorizar, lo primero es garantizar la integridad del país, y después vendría el renovar los Organos judiciales y la aprobación de los presupuestos. Si el PSOE hubiera aceptado esta propuesta aparcando la reforma del delito de sedición sin una renuncia expresa, hoy tendríamos renovados los órganos judiciales, la aprobación de unos presupuestos negociados garantizados con los votos de la derecha, y no estaríamos hablando del asunto que me llevó a escribir este artículo. Esto se llama hacer Politica de Estado.


En el momento de escribir este artículo, la tensión alcanzada en el país es muy alta y en aumento, cuando se acercan unas elecciones intermedias en las que se elegirán a los alcaldes de los ayuntamientos y los diputados provinciales por un lado, y los parlamentos de algunas autonomías y los presidentes autonómicos regionales por el otro, lo que esta previsto para Mayo de 2023, siendo para finales de 2023 cuando están previstas las elecciones generales que elegirán al nuevo parlamento y al Presidente del Nuevo Gobierno.


Entonces es cuando los españoles de la mayoría silenciosa, les electores moderados de derecha e izquierda, los que no vociferan pero acuden a las urnas con su voto en la mano, la España sensata que se siente aburrida de tanto despropósito y cansada de tanto griterío mediático y político, decidirá que este comportamiento no nos lleva a ninguna parte, y echará de su escaño a quien no estuvo a la altura de las circunstancias y de lo que el país necesita.


De nuevo será el pueblo el mejor despolarizador, como en el caso de los EE UU, el único capaz de reconducir la dirección del país hacia las Políticas de Estado acordadas por la negociación entre Gobierno y oposición. Yo buscaré a quienes tienen interés por el diálogo y la negociación y capacidad para hacerlo. Ellos se llevarán mi voto. Se puede ser de derechas o de izquierdas, se puede ser conservador o reformista, lo que no se puede ser es provocador, ni polarizador. Son los que nos llevan al enfrentamiento, hagamos por tanto lo posible para no elegirlos para que nos representen.


Los estadounidenses lo hicieron, nosotros también podemos lograrlo.

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