De la Inteligencia Artificial (AI), a la Estupidez Artificial (AS)

Luisondome

Los Chatbots están de moda, y eso que han nacido ayer, como quien dice. Hoy ya todo el mundo está viendo como sacarle provecho a esta tecnología. El estudiante cree que le va a facilitar la confección de las tareas del colegio o la escuela. El reportero piensa que en pocos minutos ya tendrá la base de su artículo. El novio está en la tarea de que el chatbots le componga un poema para regalárselo a la novia como si fuera suyo, etc.

Los que reciban lo escrito, tendrán de ahora en adelante la ardua tarea de descifrar si lo que están leyendo tiene una autoría personal, o chatbotiana, porque de entrada,  a todos nos entrará la duda de si lo que estamos leyendo es fruto de la Inteligencia Natural, o de la Inteligencia artificial.

El problema con los nuevos chatbots no es solo que a menudo sean o parezcan estúpidos e ingenuos; es que no son lo suficientemente “estúpidos” o “ingenuos” para captar los matices del lenguaje, las ironías y las reveladoras contradicciones que constituyen la cultura y la comunicación humanas. Peor aún, al confiar en ellos, corremos el riesgo de sucumbir a la misma estupidez.

Parce ser que la tecnología de soporte, que ya va por la versión 4, GPT-4, es mucho mas potente que la tecnología de las versiones anteriores y mucho mas capaz, y por tanto de apariencia mas veraz, que no quiere decir que lo sea.

Ahora, ya no solo nos hará dudar de lo que escuchamos o lo que leemos, sino de lo que veamos que no sea en directo. Lo de ver para creer, se acabó. Ahora hay además que tamizar lo que vemos y escuchamos.

 Los deepfakes son vídeos manipulados para hacer creer a quien los ve que están viendo a una determinada persona dando declaraciones que nunca tuvieron lugar, pero que alguien ajeno construyó. Para la fabricación de estos archivos, se emplean herramientas o programas de inteligencia artificial que permiten el intercambio y la manipulación de rostros en imágenes vivas, junto con la transformación de la voz, hasta tal punto que la IA es capaz de transformar una foto en una imagen parlante que se dirige a nosotros desde una pantalla.

Lo peor de todo es que no es tan sencillo descifrar lo que es una deepfake de un rostro real en una imagen que nos está hablando.

Para diferenciar una deepfake de un rostro real, según el experto Chema Alonso, hay que saber descubrir ciertas sutilezas de la imagen que se hacen muy notables en el parpadeo: "Se estudia cuanto parpadea la persona y qué distancia hay entre parpadeo y parpadeo. "Capturamos todos los gestos, también se estudia el iris y el reflejo de la luz. Es importante observar el latido cardiaco que se refleja en la cara", no es algo que esté al alcance de cualquiera. Tal es la capacidad de estas nuevas tecnologías que están al inicio de su desarrollo, a las que le queda un mundo de evolución por delante.

Con estos avances tecnológicos puestos al servicio del ser humano, puede que los chatbots sean lo suficientemente mas inteligentes y mejores para que nos sustituyan en lo que hacemos, pero en ese mismo instante los humanos seremos mas estúpidos y peores, no se si por el hecho de delegar nuestra inteligencia natural y su producción oral y escrita en la inteligencia artificial equivalente, sufriremos una regresión de nuestras capacidades. 

La naturaleza nos enseña que lo que no se utiliza, se atrofia porque ya no tiene uso, y sobra. Puede que las máquinas continuen su progreso y sean cada vez mas capaces, al mismo tiempo que los seres vivos entren en regesión hacia estadíos mas primitivos. Si no se camina, los huesos se debilitan y los musculos pierden masa, y con ellos se va la fuerza. Pues con la Inteligencia Natural y el uso que hacemos de ella, pienso que pasaría lo mismo si aflojamos en su uso. Mas nos vale tenerlo en cuenta si no queremos dejar de ser el Homo Sapiens. Seguiremos siendo Homo, pero el adjetivo Sapiens habrá de ser sustituido por otra palabra que se adapte mejor a lo que seríamos si dejamos de utilizar nuestro cerebro y sus neuronas.

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