La pluralidad en la información, la calidad periodística, y la desinformación y sus culpables
Nota del Editor de este blog
La periodista de STATISTA María Florencia Melo escribió tres interesantes artículos para ilustrar la infografia elaborada por dicho portal como imagen gráfica de una serie de datos que nos dan una adecuada dimensión de hasta donde llega y hasta donde nos afecta la calidad de la información que recibimos por diferentes vías en las que no están implicados únicamente los medios, sino que hay otros factores que utilizan la información y la desinformación para sus propios fines que van mas allá del hecho noticiable. Los tres artículos se publicaron entre Enero y Junio de este año, y dada su relevancia los uní los tres en un único artículo que traigo a este blog. Espero que sean del interés de los lectores de este blog.
¿Dónde es mayor y menor la confianza en las noticias?
Cada año, el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo publica un informe sobre el consumo de noticias digitales. La última edición, de 2024, basada en encuestas a más de 95.000 personas en 47 países, documenta que alrededor de cuatro de cada diez personas de la muestra total dicen confiar en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo. Entre los 47 países encuestados, Finlandia sigue siendo el país con el nivel más alto de confianza (69%), mientras que Grecia y Hungría tienen el más bajo (23% cada uno, ausentes en el gráfico).
En América Latina se analizaron seis países, y la confianza más baja se encontró en Argentina: 30%. Mientras tanto, la confianza en las noticias se mantuvo constante en España, con un tercio de los encuestados asegurando dar credibilidad a las noticias la mayoría de las veces.
Según el informe, con la abundancia de canales y opciones a disposición, "no es de extrañar que los consumidores de noticias se sientan cada vez más abrumados y confusos, y que muchos se alejen temporal o permanentemente. La evitación selectiva de las noticias y la fatiga informativa se han visto exacerbadas por los tiempos difíciles que vivimos". Como revela el estudio, además, las redes sociales más visuales como TikTok, Instagram o YouTube son cada vez más importantes para las noticias. Muchas personas optan por racionar o limitar cada vez más su exposición a las noticias o, al menos, a las de cierto tipo. Las noticias que se repiten excesivamente o que se consideran "emocionalmente agotadoras" suelen pasarse por alto en favor de algo más edificante.
Francia y Brasil muestran un notable incremento en la proporción de ciudadanos que se sienten abrumados por las noticias, alcanzando el 46% en 2024 desde el 37% y 30%, respectivamente, en 2019. España también refleja un aumento significativo en este sentimiento. En este país, el porcentaje subió del 26% en 2019 al 44% en 2024. En Estados Unidos, donde la preocupación por la sobrecarga informativa ya era en 2019 del 40%, el número aumentó ligeramente al 43% en 2024. Japón, por otro lado, muestra la menor variación, con un incremento del 20% en 2019 al 21% en 2024.
En este contexto, "está claro que la mayoría de los consumidores no buscan más noticias, sino las que les parezcan más relevantes y les ayuden a dar sentido a los complejos problemas a los que nos enfrentamos. La nueva disrupción tecnológica de la inteligencia artificial está a la vuelta de la esquina, amenazando con liberar una nueva oleada de contenidos personalizados, pero potencialmente poco fiables".
El informe considera importante subrayar que los datos "se basan en la percepción que tienen los ciudadanos de la fiabilidad de los medios de comunicación o de las marcas de noticias. Estas puntuaciones son agregados de opiniones subjetivas, no una medida objetiva de la fiabilidad subyacente, y los cambios a menudo tienen que ver tanto con factores políticos y sociales como con las noticias en sí".
La constante exposición a una avalancha de información y fake news puede tener implicaciones significativas para el bienestar mental. Según un artículo del Washington Post, si bien es importante "mantenerse informado, comprometido e incluso indignado", también es necesario "prestar atención a nuestros propios límites y a nuestra salud mental tomando descansos, buscando signos de agotamiento, conectando con nuestras familias y consumiendo noticias de la forma más inteligente posible".
Para lidiar con la sobrecarga informativa, es útil tomar descansos de al menos 30 minutos, realizar actividades que ayuden a reducir el estrés, activar límites de tiempo en pantalla, desactivar notificaciones de apps que nos generen estrés y elegir pocas fuentes confiables de información, de acuerdo con las declaraciones al periódico de Kristen Choi, profesora asistente de política y gestión de la salud en la UCLA y enfermera psiquiátrica. Otro consejo de la profesional es: "Evitar utilizar únicamente las redes sociales para obtener noticias, pero si lo hace, siga fuentes y personas que contribuyan a su comprensión de un tema en lugar de aquellas que simplemente generan más indignación".
Por último, si notamos que nuestro estado de salud mental está viéndose perjudicado por la sobrecarga informativa o "infoxicación", si la calidad de sueño ha desmejorado, sufrimos de ansiedad o el trabajo y las relaciones se están viendo afectadas, es importante buscar ayuda profesional.
El poder intoxicador de la desinformación y sus responsables
La desinformación, entendida como la difusión deliberada de información engañosa, sesgada o manipulada, se ha convertido en un desafío cotidiano en América Latina, según el estudio "Fake news - Desinformación en Chile y LatAm", de las empresas de estudios de mercado Activa y Worldwide Independent Network of Market Reseach.
La encuesta, además, arrojó luz sobre las percepciones de la población respecto a quiénes son considerados responsables de la propagación de desinformación. La televisión encabeza la lista de responsables de difundir desinformación según el 79% de los encuestados. Los noticieros locales también son señalados, por el 75%, como responsables de la propagación de información engañosa. Por otro lado, el 74% de los encuestados identifica a los periodistas como responsables de la diseminación de información manipulada.
Tanto los políticos como el Gobierno reciben un 72% de consideración como responsables de la desinformación. El estudio Edelman Trust Barometer de 2023, que muestra los resultados de cuatro países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia y México), revela un panorama donde la desconfianza política es palpable: sólo el 26% de los encuestados en toda la región confía en los líderes gubernamentales.
Fuentes: DADUN, ACTIVA, EDELMAN TRUST BAROMETER 2023
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