La doctrina del Vaticano sobre la Inteligencia Artificial
Inteligencia Artificial
Últimamente no se habla de otra cosa. La Inteligencia Artificial es el tema de los tiempos recientes. Conocemos la opinión de los expertos, la de los medios de comunicación, la de los políticos, la de muchas empresas, solo faltaba por conocer la posición y la opinión del Vaticano sobre este asunto.
El 28 de enero de 2025, el Vaticano publicó un documento exhaustivo titulado "Antiqua et Nova: Nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana", en el que se abordan las posibles implicaciones y riesgos de la IA. Esta nota de 30 páginas destaca que la IA debería servir como herramienta para complementar la inteligencia humana en lugar de reemplazarla , lo que subraya las cualidades únicas inherentes a los humanos.
El Vaticano también plantea preocupaciones sobre el papel de la IA en la guerra, en particular las implicaciones éticas de los sistemas de armas autónomos que funcionan sin supervisión humana, advirtiendo del potencial de una carrera armamentista desestabilizadora con consecuencias catastróficas para todos.
Una de las citas más notables se refiere a la “sombra del mal” que, como sugieren, se cierne sobre la IA: “Cuando la libertad humana permite la posibilidad de elegir lo que está mal, la evaluación moral de esta tecnología deberá tener en cuenta cómo se dirige y se utiliza”.
Entre las citas textuales, el punto tres de la presente Nota dice que "afronta las cuestiones antropológicas y éticas planteadas por la IA, cuestiones que son particularmente relevantes en cuanto que uno de los objetivos de esta tecnología es el de imitar la inteligencia humana que la ha diseñado. Por ejemplo, a diferencia de otras muchas creaciones humanas, la IA puede ser entrenada en producciones del ingenio humano y por tanto generar nuevos “artefactos” con un nivel de velocidad y habilidad que, con frecuencia, igualan o superan las capacidades humanas, como generar textos o imágenes que resultan indistinguibles de las composiciones humanas, suscitando, por tanto, preocupación por su posible influjo en la creciente crisis de verdad en el debate público. Además, como tal tecnología está diseñada para aprender y adoptar determinadas decisiones de forma autónoma, adecuándose a nuevas situaciones y aportando soluciones no previstas por sus programadores, se derivan problemas sustanciales de responsabilidad ética y de seguridad, con repercusiones más amplias para toda la sociedad. Esta nueva situación lleva a la humanidad a cuestionarse su identidad y su papel en el mundo".
En el punto cuatro dice la nota que "con todo, existe un amplio consenso en que la IA marca una nueva y significativa fase en la relación de la humanidad con la tecnología, situándose en el centro de lo que el Papa Francisco ha descrito como un «cambio de época»[2]. Su influencia se hace sentir a nivel global en una amplia gama de sectores, incluidas las relaciones personales, la educación, el trabajo, el arte, la sanidad, el derecho, la guerra y las relaciones internacionales. Puesto que la IA sigue avanzando rápidamente hacia cotas aún mayores, es de importancia decisiva considerar sus implicaciones antropológicas y éticas. Esto implica no sólo mitigar los riesgos y prevenir los daños, sino también garantizar que sus aplicaciones se dirijan a promover el progreso humano y el bien común".
Finaliza la introducción al documento afirmando que "el presente documento está pensado para ser accesible a un público más amplio, es decir, a aquellos que comparten la exigencia de un desarrollo científico y tecnológico que esté al servicio de la persona y del bien común[4]. Con tal propósito, se intenta sobre todo distinguir el concepto de “inteligencia” en referencia a la IA y al ser humano. En un primer momento, se considera la perspectiva cristiana sobre la inteligencia humana, ofreciendo un marco general de reflexión fundado sobre la tradición filosófica y teológica de la Iglesia. A continuación, se proponen algunas líneas de acción, con el objetivo de asegurar que el desarrollo y el uso de la IA respeten la dignidad humana y promuevan el desarrollo integral de la persona y de la sociedad.
Unas interesantes reflexiones que deberían de tener presentes todos aquellos que pretendan introducirse en este nuevo mundo de la inteligencia artificial.
El documento íntegro se puede leer en este enlace.
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