España está aún lejos de los objetivos de movilidad eléctrica, tanto en turismos vendidos, como en infraestrctura de recarga
Movilidad
Por Luis Domenech
La movilidad sostenible avanza poco a poco en España. Según el último Barómetro de Movilidad 2025, una clara mayoría de los ciudadanos que planean adquirir un coche durante los próximos doce meses optará por modelos eléctricos. En concreto, un 91% de los futuros compradores asegura que elegirá esta alternativa frente a las opciones tradicionales de combustión, lo que evidencia un cambio profundo en los hábitos de consumo y una mayor conciencia ecológica, pero hay una gran variabilidad según en que Comunidad Autónoma fijemos la mirada.
Esta transformación no solo responde a una mayor sensibilidad medioambiental, sino también a factores económicos y tecnológicos. Las políticas públicas de incentivo, la mejora en la autonomía de los vehículos y en menor medida la lenta proliferación de puntos de recarga están empujando al sector hacia una electrificación generalizada del parque móvil. Y aunque todavía existen desafíos, como el acceso a infraestructuras o los precios de algunos modelos, lo cierto es que el coche eléctrico ha dejado de ser una opción de nicho para convertirse en la nueva norma.
¿Por qué los españoles eligen el eléctrico?
Las razones por las que los españoles priorizan el coche eléctrico son múltiples. Una de las más destacadas tiene que ver con la eficiencia energética. Los vehículos eléctricos consumen menos energía que los de combustión, tienen un mantenimiento más económico y, sobre todo, ofrecen una alternativa sostenible frente a la creciente preocupación por el cambio climático .
Esta eficiencia también se traduce en ventajas económicas a largo plazo.
Especialmente si se combinan con hábitos responsables de consumo de energía en el hogar.
El precio de la luz es otro factor que influye en esta decisión. Aunque pueda parecer contradictorio, el uso del coche eléctrico permite gestionar mejor el gasto energético, especialmente si se recarga en horarios de menor demanda, donde las tarifas de luz son más competitivas. En este sentido, cada vez más conductores están familiarizándose con conceptos como el precio kWh o los diferentes tramos horarios, aprovechando la información disponible para optimizar su consumo.
Además, el aumento del número de electrolineras y estaciones de carga, tanto públicas como privadas, tanto urbanas e interurbanas, está eliminando uno de los principales frenos a la adopción del vehículo eléctrico: la llamada ansiedad de autonomía. Solo en el primer trimestre de 2025, en España se vendieron 39.741 turismos electrificados, y se crearon 7.633 nuevos puntos de recarga:
Las nuevas generaciones de vehículos permiten planificar rutas sin miedo a quedarse sin batería
Los mapas interactivos y aplicaciones móviles facilitan aún más este proceso
Esto hace que la movilidad eléctrica sea cada vez más accesible, incluso en trayectos largos, aunque hay grandes diferencias entre Comunidades Autónomas,.
Retos y oportunidades del cambio
No todo es optimismo en el horizonte eléctrico. Aunque la intención de compra es alta, aún persisten obstáculos que podrían ralentizar esta transición. El primero tiene que ver con el precio de adquisición de muchos modelos eléctricos, que, aunque ha bajado en los últimos años, sigue siendo más elevado que el de los vehículos tradicionales, en parque porque los fabricantes han priorizado la puesta en el mercado de vehículos de precio medio-alto, sobre los de menor coste.

Otro reto importante es la desigual distribución de infraestructuras de carga en el territorio español. Las grandes ciudades concentran la mayoría de los puntos disponibles, mientras que en zonas rurales o menos densamente pobladas la oferta aún es escasa. Para que el coche eléctrico se consolide como opción mayoritaria, será imprescindible una inversión pública y privada coordinada que garantice la equidad en el acceso a la carga.
Y Galicia..., ¿Que pasa con Galicia?
En Galicia es la dispersión poblacional uno de los principales factores de desigualdad. La dispersión de su población es única en España: El 62% del territorio gallego está habitado, lo que es cinco veces más que la media española, y la población se concentra principalmente en las franjas costeras.
Esta diferencia implica unas necesidades de movilidad interurbana que triplica las del resto de España, de las que mas del 90% de necesidades de movilidad en el medio rural se dan en el ámbito de la comarca, en 5% en el termino provincial, el 4% en el territorio autonómico y solo el 1% se da en trayectos fuera de la Comunidad Autónoma, lo que implica desplazamientos de ida y regreso que mayoritariamente están por debajo de los 300 Kms., suficientes para la autonomía de la mayoría de los coches eléctricos disponibles en el mercado.
A pesar de todo persiste un gran déficit de puntos de recarga, tanto en las ciudades, como en el medio interurbano. Fuera de servicio, en Galicia hay 633 puntos de recarga. Demos algunos datos extraídos del Barómetro de Movilidad 2025:
Puntos urbanos de recarga en Galicia: 808 puntos
* Con capacidad inferior o igual a 22 kw: 571 puntos
* Con capacidad entre 22 y 50 kw: 28 puntos
* Con capacidad entre 50 y 150 kw: 197 puntos
* Con capacidad entre 150 y 250 kw: 12 puntos
* Con capacidad superior a 250 kw: ninguno
Puntos interurbanos de recarga en Galicia: 1.002 puntos
* Con capacidad inferior o igual a 22 kw: 611 puntos
* Con capacidad entre 22 y 50 kw: 104 puntos
* Con capacidad entre 50 y 150 kw: 295 puntos
* Con capacidad entre 150 y 250 kw: 63 puntos
* Con capacidad superior a 250 kw: 56 puntos
La distribución en Galicia de los puntos de recarga según su mayor capacidad premia la recarga rápida en áreas interurbanas sobre las urbanas, pero el número de puntos de recarga está muy por debajo de la media de España, por lo que queda mucho terreno que recuperar en este ámbito.
¿Estamos preparados para esta revolución?
La pregunta clave no es si el coche eléctrico va a imponerse, lo que sucederá tarde o temprano, sino si el entorno está listo para recibirlo. Desde el punto de vista técnico, España está avanzando aunque muy por debajo de los objetivos propuestos, y aún queda mucho trabajo por hacer para ponerse al nivel de otros países de europeos.Para ponernos al día, los ciudadanos debemos de asumir que el cambio no sólo es tecnológico, sino cultural, y que todo apunta a que estamos ante una generación dispuesta a asumir estos cambios hacia un nuevo estilo de movilidad en el que impera la movilidad colectiva sobre la personal, utilizando el medio mas adecuado a cada necesidad de desplazamiento.
En definitiva, el Barómetro de Movilidad 2025 refleja una sociedad en transformación, donde el coche eléctrico ya no es solo una moda o una alternativa, sino una elección lógica, económica y medioambientalmente responsable. La movilidad del futuro ya está aquí, y es más silenciosa, más limpia y mucho más inteligente y sostenible.
Fuente: papernest.es, ANFAC
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