Seculus Horribilis, o el ocaso del Planeta Tierra. Tragedia en IV Actos
Luisondome
Si no se le pone remedio a la situación actual del Planeta, esto terminará muy mal. Puede que nosotros acabemos con el, o puede que él acabe con nosotros
Acto I. El Planteamiento
Desde los inicios de la humanidad hasta la llegada del siglo XIX, la humanidad convivió en cierta armonía con el planeta, y no comenzó a apretarle las tuercas a este hasta la llegada de la máquina de vapor movida por carbón que dio lugar a la primera revolución industrial iniciada en el siglo anterior, y desarrollada en el siguiente con la producción industrial, la creación de una nueva economía, y el comienzo en el deterioro de la salud medioambiental del planeta.
Llegamos así a los comienzos del Siglo XX con una segunda revolución industrial que propició grandes avances tecnológicos y que puso nuevas fuentes de energía a nuestro alcance, con el desarrollo de la energía eléctrica, cuya producción aumentó gracias al descubrimiento y explotación de combustibles fósiles que movían las turbinas de potentes centrales térmicas, y que multiplicaron exponencialmente la capacidad de transformación y de fabricación, que a su vez contribuyeron al rápido deterioro del medio ambiente a lo largo del siglo, y así cambiamos de milenio a la vez que entramos en el Siglo XXI, el de la cuarta revolución industrial: la revolución de la robótica, la digitalización, el Big Data y la Inteligencia Artificial.
Pero esta nueva etapa es también la etapa en la que el planeta ya no puede mas, ya no admite mas desajustes en sus equilibrios y comienza a dar muestras de ello elevando la temperatura media del planeta, alterando su climatología y despertando su reacción frente a este desbarajuste, desencadenando sucesivos desastres a lo largo y ancho del planeta mediante tormentas, huracanes, sequías, alteraciones en los océanos y en los casquetes polares con modificaciones en las corrientes marinas, pérdidas en la capa de ozono, elevación de los niveles de gases de efecto invernadero, etc.
Disparadas todas las alertas, y conocida la situación por todos, en vez de enfocarse la humanidad en la resolución de esta situación, lo que hacemos es meternos en nuevos líos, y en estas estamos desde que entramos en el nuevo milenio.
Acto II: El Nudo
Vaya siglo que llevamos encadenando crisis tras crisis. Entramos en el milenio en plena crisis de las Punto Com, la gran burbuja especulativa de las tecnológicas de internet, que arruinó a numerosas empresas y causó grandes pérdidas a los fondos de inversión y mandó al paro a miles de personas.
Vino después en 2008 la caída de Lehman Brothers que rompió los mercados financieros y las economías de medio mundo, y que abrió paso a un periodo de recesión que todos recordamos por los recortes de los hombres de negro enviados por Bruselas, que fueron especialmente duros con España e Italia, pero sobre todo con Grecia y Portugal. En España se saldó la crisis con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y de la burbuja bancaria o de las Cajas de Ahorros, que obligó a la reconversión de ambos sectores con un gran coste para el país pagado con los impuestos de los ciudadanos, y que terminó concentrando los activos sanos en unas pocas manos, lo que redujo las perspectivas de la competencia favoreciendo a los supervivientes del sector, y perjudicando una vez mas a los ciudadanos.
Entonces llegó la caída de los precios del petróleo entre 2015 y 2016, que llevó a un ajuste de la producción en el cártel petrolero de la OPEP y a una subida de los precios de los combustibles para estabilizar los mercados, pero que llegaron a batir récords. Posteriormente vino la “primavera árabe” registrada entre 2018 y 2019 que desestabilizó todo el norte de Africa, desde Túnez hasta el Líbano y la Franja de Gaza, afectando a Argelia, Libia, Egipto, Jordania Sudán e Irak.
Toda esta sucesión de eventos, hizo que las economías mas desarrolladas no pudieran superar la barrera de su tasa de crecimiento por encima del 2%, afectando sobre todo a las economías menos desarrolladas de América Latina y de Africa.
Y en estas viene el Covid que se convierte en pandemia y logra frenar la economía del planeta, que hizo bajar el PIB de la mayoría de los países del mundo, y que llegó a afectar a la cadena de suministros causando desajustes entre la oferta y la demanda. Y cuando ya estábamos haciendo lo necesario para salir cuanto antes de esta serie de crisis, viene el iluminado de Putin que decide invadir Ucrania causando un nuevo desajuste global, otro mas, al desencadenar una guerra económica con los países de occidente, paralela a la guerra militar con la que está masacrando a un país entero, Ucrania, y que no se sabe cuando va a parar, pero que se teme va para largo, lo que impide que se vea luz al final del túnel. Y en estas estamos hoy con los ingredientes cociéndose en el caldo de la crisis climática.
Hoy, en los EE UU las cosas se están empezando a poner muy feas por los cambios que está induciendo la FED al subir los tipos de interés para enfriar la economía y reducir la tasa de inflación. El inicio de una etapa de subida de los tipos de interés de la que se desconoce hasta donde se puede alargar, es el portón de entrada por el cual la economía estadounidense podría encaminarse hacia una recesión a lo largo del próximo año, según las crecientes advertencias de bancos y economistas, ya que un repentino ataque de pesimismo golpea a los mercados financieros, que el jueves se desplomaron aún más desde los máximos recientes.
Abha Bhatarai cuenta en el Washington Post que “aunque las principales franjas de la economía, incluido el mercado laboral y el gasto de los consumidores, siguen siendo sólidas, existe una creciente preocupación de que el aumento de los costos de endeudamiento para los consumidores y las empresas, después de años de tasas de interés cercanas a cero, pueda causar una reducción repentina. La Reserva Federal ha elevado las tasas de interés en 0,75 puntos porcentuales en lo que va del año, mientras que los funcionarios señalan que podrían ser necesarios aumentos más agresivos para enfriar la economía. La incertidumbre continua de la pandemia de coronavirus y la invasión de Ucrania por parte de Rusia se suman a la inquietud”.
Hablando de España, hoy 5 Días nos cuenta que, según los estudios de la Consultora Kantar, la inflación obliga a los hogares a ajustar su compra, por lo que dirigen sus preferencias hacia las ofertas, las marcas blancas y la compra a crédito. La subida desbocada de los precios de los alimentos y de los combustibles les obliga a reducir el consumo, tendencia que ya han registrado los bancos. Nuestra Bolsa también está sufriendo en estos días la entrada sucesiva de varios frentes fríos que casi llevan al IBEX 35 por debajo de los 8.200 puntos, mientras que la deuda de España sigue creciendo a la vez que la prima de riesgo escala a los 130 puntos básicos.
Volviendo a los EE UU, los mercados financieros volvieron a caer el jueves, un día después de que el promedio industrial Dow Jones sufriera su peor caída del año., mientras que el S&P 500 avanzó aún más en el territorio del mercado bajista, definido como una caída del 20 por ciento desde el pico más reciente, después de que la venta masiva del miércoles eliminó más del 4 por ciento de su valor.
Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics afirmó que “los riesgos de recesión son altos, incómodamente altos, y que estos van en aumento”. En la misma linea se posiciona Lloyd Blankfein, ex-director ejecutivo de Goldman Sachs, mientras que el director ejecutivo de Wells Fargo, Charlie Scharf, dijo que "no había duda" de que la economía estadounidense se dirige hacia una recesión; y el expresidente de la Fed, Ben Bernanke, advirtió que el país podría estar a punto de sufrir una "estanflación", una economía en desaceleración combinada con una alta inflación. Pero peor nos lo pone aún Jeremy Grantham, el gurú que predice una inminente caída de la bolsa. Estos son los vientos que nos vienen del otro lado del océano.
Mientras tanto en Europa se lo toman con mas calma a la hora de iniciar el camino de la subida de los tipos de interés del Euro, lo que está haciendo que este pierda valor frente al dólar, algo que tampoco es muy bueno para nuestra economía, ya que los combustibles los tenemos que pagar con dólares que son cada día mas caros para nosotros, lo que no nos ayuda en nada. Nuestra situación además no es mejor que la de los EEUU, sino al contrario. Todos los esfuerzos dirigidos hacia la recuperación económica se han venido al traste por la guerra desencadenada ante las puertas de Europa, y ahora habrá que replantearse si lo que se está haciendo, se puede seguir haciendo, o si no será mejor hacer cambios en el destino de los fondos de recuperación, convirtiéndolos en fondos de resistencia.
Acto III: El Desenlace. ¿Y que va a pasar a partir de ahora?
Parece claro que desde ahora el primer objetivo es contener la inflación y tenerla controlada aún a costa de parar la recuperación económica, y todo en medio de una gran agitación de la política global donde se cruzan las tensiones en los distintos escenarios geopolíticos y geoeconómicos, creando una enorme incertidumbre que invita a la prudencia, añadiendo plomo a la economía que corre el riesgo, sino de pararse, si de caminar a paso de tortuga, lo que nos llevaría a una nueva crisis que se encadena a todas las anteriores sin dejar que la economía tenga siquiera un respiro. Los mas perjudicados en esta situación serán los ciudadanos medios de cada país, que verán como empeora y se reduce su capacidad económica, lo que afectará a su estilo de vida y a sus proyectos de vida familiar.
De momento algunas cifras, como las de la creación de nuevas empresas, la creación de puestos de trabajo y las cotizaciones a la seguridad social se mantienen e incluso evolucionan favorablemente en Europa y en nuestro país, pero va a ser difícil que se mantenga esta tendencia positiva y puede que nos encontremos ante un punto de inflexión que mude las tornas, si la demanda sigue reduciéndose, obligando a reducir la oferta por la reducción del consumo. En estas condiciones, la carga de trabajo se reduce incrementando la tasa de paro y cargando los costes sociales de los países que pueden tener que elevar su deuda para hacerles frente.
Con la pandemia, los ERTES fueron el muro de contención del tsunami laboral que causó el Covid por el cierre temporal de empresas. El rápido desarrollo de las vacunas, y la rápida vacunación de las poblaciones de los países con economías avanzadas, permitió arrancar de nuevo rápidamente la maquinaria productiva, iniciando la recuperación de la actividad y por ende de la economía local y de la global, pero poco nos duró la alegría al invadir Putín Ucrania.
Ahora la cosa es distinta. No hay vacuna para el mal que nos acecha: la avaricia de Putin, ni para el amplio destrozo que está causando a Europa y a la economía global. Tampoco ayuda la ceguera de India y China que piensan que no les va afectar el daño causado por esta guerra a la economía mundial, y que siguen brindando su apoyo a Rusia, lo que constituye un tremendo error de cálculo, y en el caso de India además, una tomadura de pelo, pues se esta lucrando a costa de Europa, al vendernos sus combustibles procedentes del petróleo que Rusia ya no nos envía, y que se lo vende barato a la India que lo refina para vendernos el producto final a un precio mas caro. Esto Europa no deberá olvidarlo.
Llegará el invierno, y muchos pasarán frío por la escasez energética y por los altos precios de la energía y los combustibles. Se perderán sucesivas cosechas con los dos principales suministradores de grano del mundo enzarzados en una guerra, y se continuará reduciendo la oferta de grano y de aceite de girasol que seguirán presionando los precios de estos alimentos básicos al alza. Por ello muchos pasarán hambre. Las amenazas son claras, y sus efectos se ven venir, por lo que hay que prepararse para lo que venga. Solo así podremos superar estos tiempos difíciles, hasta que escampe por el horizonte y se aleje la tormenta, si bien el final no está cerca. Las isobaras económicas así nos lo indican.
De momento ya vemos como países como Sri Lanka y otros con economía muy frágiles ya se están rompiendo por no tener dinero con que comprar alimentos para su población, y todo en medio de una crisis climática que está afectando al planeta, con un sobre calentamiento que está haciendo avanzar la desertización por la pertinaz sequía, y con la subsecuente disminución de las tierras cultivables que está incidiendo a la baja sobre la producción de alimentos que está elevando sus costes.
La sobre-explotación de los recursos naturales está contribuyendo en buena manera a la reducción de estos y a su encarecimiento. La subida de las comoditys también contribuye en buena manera a sostener la inflación. El incremento de la presión migratoria desde el tercer mundo hacia el primero, tanto por causa de los conflictos y las guerras, como por la búsqueda de mejores oportunidades de vida, esta tensionando las sociedades afectadas y poniendo a prueba la sostenibilidad de sus sistemas de protección social.
Y como las causas de fondo que causan esta serie de deterioros no cesan en su desarrollo y van a mas, pues lo lógico es pensar que de ahora en adelante, a lo largo de lo que nos resta de siglo, todo va a ir a peor. Vamos camino de los 10.000 millones de habitantes del planeta, que se espera alcancemos antes de que acabe el siglo, y a este paso, esto no se sostiene.
Acto IV: Epílogo
La secuencia formada por: Intereses→Tensiones→Conflictos→Guerras que describí en un artículo publicado hace un tiempo, nos muestra el camino por el que han de transcurrir todos los conflictos que causan las tensiones que provocan los intereses que se oponen, y que acaban en guerra. La Guerra de Ucrania es un ejemplo de lo que digo. Pero no solo las tensiones geopolíticas nos pueden llevar a un conflicto armado, llevar a la humanidad al límite puede ser el desencadenante de una crisis global de imprevisibles consecuencias, que nos puede acercar a un desenlace fatal para el que ya nos hemos dotado de las herramientas necesarias, y para el que nadie está preparado. Solo hace falta que un loco como Putín u otro de similares características ponga en marcha la secuencia que se inicia apretando un botón y que puede poner fin a nuestra historia. Los medios ya los tenemos, y el loco también.
FIN
Seculus Horribilis, o el ocaso del Planeta Tierra. Tragedia en IV Actos
Actores principales de reparto: Los líderes mundiales, incluido Pedro Sanchez.
Actores de reparto: el pueblo de Ucrania
Actores secundarios de este drama: la población mundial.
Dirección Ejecutiva: Vladimir Putin (ejecutor de miles de Ucranianos)
Musica: Piotr Ilich Chaikovsky. Obertura 1812.
Interpretes: Imaginense que es la Orquesta Sinfónica de de Kiev, Coros del Ejercito Ucraniano, Campanas de la Catedral de Kiev y Cañones de un batallón de artillería Del Ejercito de Ucrania.
La obra fue compuesta por Chaikovsky para conmemorar la victoria del Ejercito Ruso sobre las Tropas de Napoleón Bonaparte.
Ojalá lleguemos escuchar esta música en conmemoración de la victoria del Ejercito Ucraniano sobre las tropas rusas.
El Concierto tuvo lugar en el Albert Hall de Londres, con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad bajo la dirección de Mariss Jansons.
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